Qué historia te voy a contar… una de esas que no te crees si no te pasan realmente, que crees que son de una película de ficción por la trama …
Todo empieza un jueves de principios de año (no sé exactamente el mes ni el día, pero sí sé que hacía frío…) en el que ha sido mi campo fetiche, el campo Municipal de Aiguadolç…no el del Sitges…como lo llaman muchos en el pueblo, Campo de Aiguadolç, compartido por dos clubes, el nombrado anteriormente y el CF Suburense, dos entidades con dos visiones distintas sobre la gestión y el desarrollo de la estructura de fútbol, cada una con sus fortalezas y debilidades.
Subu es donde estaba yo, trabajando de sol a sol intentando conseguir junto a mi gente lo que nadie había hecho, que era poner el nombre del club por los campos de Cataluña a última hora de la tarde, con un trabajo más invisible que el visible…
Como he dicho, un jueves de invierno cuando estábamos en plena competición y la verdad es, lejos de los primeros puestos… si no recuerdo, octavos a más de 12-13 puntos de cabeza, aparece nuestro protagonista a través de la puerta de emergencia ubicada al lado de la tribuna principal del campo con un zapatero y pidiendo a un miembro del otro club que entrene para su equipo…
Una vez descartada la posibilidad de probar el equipo de al lado, y como un lobo oliendo presa, mi gran amigo Marc y yo nos acercamos a él para interesarnos en lo que quería y rápidamente comprendimos que no sabía ni una palabra de español y que necesitaba a alguien que hablara inglés para entenderlo.
Allí estuvimos debatiendo quién era, qué quería y qué podíamos ofrecerle: entrenar sin ningún problema y por supuesto hacer las explicaciones en inglés y español para el equipo y para su comprensión y adaptación ya que considero que todos merecen una oportunidad.
Una vez que la situación fue entendida por todos, llegó a estar con un familiar muy cercano a él mientras buscaba un equipo profesional para fichar y su único reclamo era mantenerse en forma, mi cuerpo técnico tuvo que empezar a buscar ropa para dejarlo entrenar y en situación, ya que en nuestro club todos traían su ropa de casa y cada uno entrenaba como quería.
Todo esto ocurre entre las 20 y las 20.30 horas que era la hora de inicio de los entrenamientos y te puedo asegurar que Issey Nakajima-Farran, que es el nombre del protagonista de esta historia, tardó 5 minutos en atraer las miradas de todos los integrantes de la escuadra. El uno al otro sin articular ni una sola palabra pero sabiendo que teníamos que hacer lo imposible para disfrutar de su presencia el mayor tiempo posible, ya que la información sobre quién era esa persona parecía ser cierta. Sólo con el toque de la pelota, con el “clack” que hizo el balón siendo tocado por él, por los pases que dio y el ritmo de ejecución que demostró, quedó claro que la historia que nos había contado y que no habíamos tenido tiempo de corroborar en la Wikipedia era verdad…
Recuerdo esa noche después del entrenamiento, estando en casa, sin poder dejar de mirar el teléfono, sus estadísticas, datos, videos, los cientos de mensajes que pasaban por los grupos de Whatsapp de sus videos, sus datos, sus fotos… porque había jugado en 1ª División de Dinamarca, Australia, USA, Chipre, Japón, Malasia, Singapur, Internacional absoluto para Canadá … loco por un club familiar como nosotros. Sólo su presencia cambió nuestras vidas y nuestro futuro: un ídolo de masas en Asia caído de la nada en el Municipal de Aiguadolç.
¿Por qué digo que cambió nuestras vidas? Debido a situaciones que ocurrían en el día a día, como ver a los miembros del equipo, supiesen inglés o no, hablar con él, a veces como indios, para ayudarlo a entender una tarea, para compartir experiencias o simplemente ver a todo el mundo haciéndose fotos con él, compartiendo “claro” con él o anécdotas que poca gente conoce, como que en un Canadá-Brasil estuvo a punto de marcar el gol decisivo y que ese día un tal Arsene Wenger fue siguiéndolo para fichar por el Arsenal, pero ese balón no entró y pasó de ser el Rey de Canadá a seguir siendo un gran jugador.
Todo ello hacía que el equipo que tenía unos objetivos iniciales cumplidos de mantener la categoría y poco más, poco a poco fueran creyendo que si podían entrenar con jugadores de esa categoría por qué no iban a poder ser mejores en su desempeño, hasta el punto de convencerlo de que se uniera al equipo para ayudarnos en nuestra progresión también en competición.
Lo cierto es que tras trámites, traspasos… llegó el día de su debut con nosotros en un derby en el que los rivales no tuvieron piedad con él y le dieron leña hasta en su pasaporte. Como resultado. de su impotencia por no poder llegar a su velocidad de ejecución y ya se sabe que a veces, ante eso, el único camino es el de la tenacidad, pero aun así y en contra de nuestra voluntad, que fue que no lo hizo. Jugar para que no se lesionara y pudiera firmar un contrato de trabajo, decidió jugar 3 partidos ayudándonos con goles, asistencias, pero sobre todo con una motivación espectacular por y para el grupo de personas que componían ese equipo hasta el punto de lograr superar esos 12-13 puntos de distancia y ser la Champions League.
Qué más puedo contaros… Mil y una anécdotas como que un tal Benito Floro, ex técnico del Real Madrid, nombró al Suburense en la convocatoria canadiense a la que asistió siendo nuestro jugador histórico para la Villa y para el club, el único jugador que ha pasado por el pueblo y que era Absoluto Internacional o que en nuestros partidos la afluencia de público se incrementó en un alto porcentaje porque venía gente de Barcelona para verlo o que nos llamaran periodistas para saber cómo fue su llegada al club o que a Benito Floro le interesaba cómo se entrenaba y su evolución en nuestras filas o que Issey combinó y compagina su carrera futbolística con su pasión por el arte y que se dedica a la pintura y que tiene una lista de obras de arte que son muy valiosas y que puedes visitar en su web: www.isseyart.com


Tras su paso por Subu y de conocerlo más a fondo, he reconocido a una persona apasionada por el fútbol y cosmopolita, lo que lo hace mucho más poderoso como artista de lo que es. Me imagino que una persona como Issey, con diferentes orígenes como el británico, japonés y canadiense hace que tenga una mente mucho más abierta a la hora de crear y valorar todo lo que genera en su paralela pasión por el fútbol.
Podría estar escribiendo alguna que otra línea de mi relación con esta gran persona, pero a modo de resumen, solo fíjate lo importante que es saber idiomas que puede cambiar tu vida, como ocurrió al recibir en inglés desde el día uno a aquel chico que apareció en nuestro campo.
Además como jugador de élite rompiendo moldes, pasa a formar parte de un equipo semi-profesional, siendo uno más en comportamiento y compromiso por y para todos y cómo esa persona puede enseñarte que el mundo del fútbol va más allá del dinero, la televisión y estadios repletos. El fútbol es pasión, dedicación y sacrificio diario, en todo lo invisible y lo menos trabajado por los clubes.
Para los que no conocieron su andadura en el mundo del fútbol, os invito a investigar un poco sobre él y seguirlo en redes socuales.
Que estas líneas sirvan de homenaje y agradecimiento por todo lo que has enseñado y que sigas haciéndolo en el futuro desde la perspectiva que propones @11issey .

